Amor de monitor, al estilo espejito, espejito....

Aquellos años donde el flechazo era a primera vista, cuando el olor y las sensaciones a partir del tacto eran el detonante del inicio de una relación, cambia a partir de 1990 con la llegada de Facebook. Hoy en día el amor se esconde en el ciberespacio: tiene cara bonita, dice ser gentil, audaz y sexy, y muchos salen a su encuentro.

Espacio para tímidos, conquistadores, aburridos y aventureros, el amor en el ciberespacio se vuelve una alternativa para relacionarse. El lugar para crear la fantasía; una posibilidad de ser aquello que se desea pero no se es. Una especie de performace público del yo. La posibilidad de establecer relaciones con una o más personas sin presiones sociales o compromiso. Historias que documentan la decepción al momento del encuentro físico y otras que transcienden el monitor y culminan en relaciones estables. 

¿Qué buscan las personas que ingresan a páginas web para encontrar pareja? ¿Ellos y ellas pretenden sólo sexo o la intención es conseguir algo más? ¿Este tipo de relaciones llenan espacios afectivos o se trata sólo de mecanismos de compensación que le dan un poco de sabor a la vida?